Ing. Hugo René Garc_IA – GizAI



Era una tarde común en Ciudad de México cuando el cielo comenzó a cambiar. Lo que inicialmente parecía un fenómeno atmosférico inusual pronto se reveló como algo que cambiaría para siempre el curso de la humanidad. Las nubes se separaron en un patrón circular perfecto, y a través de esa abertura descendió la primera nave nodriza alienígena que la humanidad jamás había visto.





El silencio que cayó sobre la ciudad fue ensordecedor. Millones de personas se detuvieron en seco, con sus ojos fijos en el cielo. La nave, de un plateado iridiscente que cambiaba de color según la luz del sol, medía aproximadamente tres kilómetros de diámetro. Se posicionó directamente sobre el Zócalo, provocando que las palomas huyeran en bandadas y que los dispositivos electrónicos experimentaran interferencias momentáneas.

Los primeros minutos fueron caóticos. Las autoridades intentaron mantener el orden mientras las redes sociales explotaban con transmisiones en vivo desde todos los ángulos posibles. El presidente de México fue inmediatamente evacuado a un búnker, pero sorprendentemente, los visitantes ya habían previsto esta reacción.


Lo que siguió fue una demostración de tecnología que dejó al mundo sin aliento. La nave proyectó un holograma tridimensional visible en un radio de cinco kilómetros. La imagen mostraba a un ser gigantesco de varios metros de altura, con una piel que parecía cambiar de color como la superficie de una burbuja de jabón. Sus ojos, grandes y expresivos, transmitían una inteligencia y una paz que resultaban inexplicablemente tranquilizadoras…







La criatura comenzó a hablar, y lo más sorprendente fue que cada persona la escuchó en su propio idioma, como si las palabras se formaran directamente en sus mentes. «Somos los Eternos», dijo la figura. «Hemos observado su evolución durante milenios, y hemos elegido este momento para establecer contacto formal. No venimos como conquistadores, sino como mentores y aliados en su siguiente paso evolutivo.»

Las siguientes horas fueron cruciales. Mientras los gobiernos mundiales entraban en sesiones de emergencia, los Eternos demostraron su naturaleza pacífica de manera inequívoca. Desactivaron temporalmente todos los sistemas de armamento nuclear del planeta, no como una amenaza, sino como una demostración de que podrían haberlos dañado en cualquier momento, pero eligieron no hacerlo.

Los primeros días del contacto transformaron la sociedad humana de formas inimaginables. Los Eternos compartieron inmediatamente curas para varias enfermedades terminales, tecnología para limpiar los océanos de plástico y métodos para producir energía limpia e ilimitada. La economía mundial se tambaleó inicialmente, pero los alienígenas habían preparado un plan de transición que minimizó el caos.


En los primeros meses tras el contacto, los Eternos establecieron cinco «Centros de Intercambio» en diferentes continentes. El principal, ubicado en Ciudad de México, se convirtió en una estructura cristalina que se elevaba dos kilómetros hacia el cielo, con tecnología que desafiaba toda comprensión humana.





Los primeros humanos seleccionados para el intercambio de conocimientos fueron científicos, lingüistas y diplomáticos de todas las naciones. Entre ellos estaba la Dra. Elena Ramírez, una astrofísica mexicana que se convertiría en una figura clave en esta nueva era.

«Lo que considerábamos ciencia avanzada», escribió Elena en su diario, «era como comparar las pinturas rupestres con la realidad virtual. Los Eternos no solo dominaban la manipulación del espacio-tiempo, sino que entendían la consciencia como una forma de energía cuantificable y manipulable.»

La primera gran revelación llegó cuando los Eternos explicaron que la humanidad había estado utilizando apenas el 0.001% de su potencial cerebral. Mediante una tecnología basada en campos cuánticos, comenzaron a «despertar» capacidades dormidas en voluntarios humanos cuidadosamente seleccionados. Los resultados fueron asombrosos. Los humanos «despertados» desarrollaron habilidades telepáticas, precognición y la capacidad de acceder a lo que los Eternos llamaban la «Red de Consciencia Universal».







La primera visita humana a un planeta alienígena ocurrió exactamente un año después del primer contacto. Una delegación de cien humanos, incluyendo a la Dra. Ramírez, fue transportada a través de un portal interdimensional hacia Eternia Prime, el mundo natal de los Eternos.

Lo que encontraron superó cualquier imaginación. Ciudades flotantes que se movían según los deseos colectivos de sus habitantes. Estructuras vivientes que se adaptaban a las necesidades de quienes las ocupaban. Jardines que se extendían verticalmente por kilómetros, donde las plantas producían no solo alimentos, sino también tecnología orgánica.





«Cuando vi por primera vez el cielo púrpura de Eternia Prime,» escribió Elena, «cuando observé sus tres lunas danzando en una órbita perfectamente sincronizada, entendí que nuestra especie apenas estaba comenzando a gatear en términos de evolución.»

Sin embargo, no todo era perfección. En la Tierra, comenzaron a surgir los primeros signos de resistencia. Grupos religiosos extremistas proclamaban que los Eternos eran demonios. Corporaciones que veían amenazados sus intereses comenzaron a financiar campañas de desinformación. Surgieron movimientos «Tierra Pura» que rechazaban cualquier influencia alienígena.


A medida que la resistencia crecía, también lo hacían las tensiones. En un oscuro rincón de la sociedad, algunos comenzaron a formar planes de ataque, convencidos de que los Eternos eran una amenaza disfrazada de benevolencia. Uno de estos grupos, conocido como «Los Guardianes de la Tierra», comenzó a reclutar miembros con el fin de sabotear las iniciativas de los alienígenas.

El punto culminante de esta resistencia llegó durante una cumbre internacional en el Centro de Intercambio de Ciudad de México. Los líderes mundiales se reunían para discutir la integración de la tecnología extraterrestre. La resistencia, inicialmente marginal, ganó fuerza rápidamente. La propaganda anti-Eternos se propagó como un incendio forestal, alimentándose del miedo a lo desconocido y de la pérdida de control que muchos sentían ante los cambios radicales que transformaban la sociedad. Los avances tecnológicos, inicialmente recibidos con júbilo, ahora se percibían como una amenaza a la identidad humana. La promesa de una nueva era dorada se convirtió en una amenaza para el orden establecido, para las estructuras de poder que se veían desmoronadas ante el avance imparable de la tecnología alienígena.

El primer ataque ocurrió en uno de los Centros de Intercambio, en Londres. Un grupo armado, autodenominado «Los Guardianes de la Tierra», irrumpió en las instalaciones, armados con explosivos improvisados y una ciega determinación.





La respuesta de los Eternos fue asombrosa en su contención. Utilizaron tecnología no letal para someter a los atacantes, pero la semilla de la violencia ya había sido plantada.

Los ataques se intensificaron. En las siguientes semanas, los Centros de Intercambio alrededor del mundo se convirtieron en objetivos. Los Eternos, inicialmente reacios a la confrontación, se vieron obligados a tomar medidas más contundentes. La tecnología que habían compartido con la humanidad, ahora se usaba contra ellos. La misma energía limpia que alimentaba las ciudades, se utilizaba para construir armas más sofisticadas, un arma de doble filo que se volvía contra sus creadores.


La Dra. Ramírez, testigo de la creciente escalada de violencia, escribió en su diario: «La ironía es cruel. Nos ofrecieron el paraíso, y nosotros, en nuestra ceguera, elegimos el infierno.» La situación se volvió insostenible. Los Eternos, cansados de la hostilidad creciente, comenzaron a retirar su apoyo tecnológico. La energía limpia se desvaneció, las curas milagrosas dejaron de funcionar, y la red de conciencia universal se cerró. El mundo se sumió en el caos. La tecnología avanzada, sin la guía de los Eternos, se convirtió en un arma de destrucción masiva. Guerras tribales, hambruna y enfermedades reaparecieron con una furia renovada.


Mientras la humanidad se sumergía en el caos, las ciudades comenzaron a caer. La tecnología que antes había prometido un futuro brillante se convirtió en un recordatorio de la soberbia humana. Los sistemas de comunicación colapsaron, y los gobiernos, incapaces de manejar la crisis, se desmoronaron uno tras otro. El mundo que una vez había soñado con la paz y la prosperidad se convirtió en un campo de batalla donde la desesperación y el miedo reinaban.





En medio de esta espiral de destrucción, la Dra. Elena Ramírez se convirtió en una voz de la razón. A medida que las tensiones aumentaban, intentó reunir a los pocos que aún creían en la posibilidad de un entendimiento con los Eternos. Convocó una reunión clandestina en lo que había sido el Centro de Intercambio en Ciudad de México, ahora en ruinas, para discutir un último intento de reconciliación.

«Si nos quedan vestigios de humanidad, debemos intentar contactarlos de nuevo,» dijo Elena a un grupo de científicos y líderes comunitarios. «Ellos nos ofrecieron su mano y nosotros la rechazamos. Pero aún hay esperanza. Necesitamos enviar un mensaje, un mensaje de paz.»

Con la ayuda de un pequeño grupo de ingenieros, comenzaron a trabajar en un dispositivo que pudiera enviar una señal a través del espacio, un último intento para llamar a los Eternos. Pero el tiempo se agotaba. Las batallas se intensificaban, y los Guardianes de la Tierra estaban decididos a llevar su guerra al siguiente nivel.

Mientras tanto, los Eternos, observando desde la distancia, se enfrentaban a una decisión crítica. Habían estado esperando pacientemente, pero la violencia y la desesperación de la humanidad los llevaban al límite. Sabían que la intervención podría ser necesaria, pero también entendían que esto podría significar la destrucción total de la civilización humana.





La noche del lanzamiento del mensaje, el aire estaba tenso. Elena y su equipo se reunieron en el antiguo Centro, ahora una fortaleza improvisada. «¿Y si no responden?» preguntó uno de los ingenieros, temiendo lo peor.

«Entonces debemos estar preparados para enfrentar las consecuencias,» respondió Elena, decidida. «Pero al menos habremos intentado hacer lo correcto.»

Con el dispositivo finalmente preparado, levantaron la antena hacia el cielo estrellado. Una ráfaga de energía se disparó, iluminando la noche mientras la señal atravesaba la atmósfera, buscando a los Eternos en el vasto cosmos. «Este es un mensaje de los que aún creen en la paz, de los que no se rinden,» proclamó Elena al grupo, que miraba ansiosamente hacia el cielo.



En ese momento, una sombra apareció en el horizonte. Una nave de los Eternos emergió de la oscuridad, su forma imponente brillando con luces de colores. La esperanza se encendió en el corazón de Elena y su equipo. Pero lo que siguió fue un giro inesperado.

La nave descendió lentamente, y la figura del líder eterno apareció en un holograma que proyectaba su imagen en el centro del antiguo Zócalo. «Hemos escuchado su llamado,» dijo el ser, su voz resonando en las mentes de todos. «Pero hemos perdido la fe en su capacidad para cambiar. La humanidad ha demostrado ser su propio peor enemigo.»

Elena, con el corazón latiendo con desesperación, gritó: «No somos todos así. Hay quienes aún creen en la paz y la colaboración. ¡Dénos otra oportunidad!»

Pero el líder eterno continuó: «Hemos decidido que la humanidad necesita aprender de sus errores. La intervención que consideramos no será una salvación, sino un cierre. Esta es una lección que deben aprender.»

La atmósfera se volvió pesada. Sin previo aviso, una energía oscura comenzó a envolver el cerco de la ciudad. La nave de los Eternos emitió un pulso de energía que reverberó en el suelo. Las estructuras comenzaron a desmoronarse, y los cielos se oscurecieron mientras un remolino de energía consumía todo a su paso.







Elena, junto a su equipo, miró impotente mientras la destrucción se desataba. El mensaje de paz que habían enviado se convirtió en un eco vacío en medio del caos. La humanidad, tan cerca de la redención, se encontraba al borde de su propia extinción.

Los gritos de horror resonaban mientras las ciudades caían, y la humanidad, que había sido bendecida con la oportunidad de avanzar hacia un futuro brillante, se enfrentaba a su propia aniquilación.

En un último intento por salvar lo que quedaba, Elena tomó la mano de un compañero. «Siempre habrá esperanza,» dijo, aunque las lágrimas caían por su rostro. «Siempre habrá quienes deseen aprender de este error.»

Pero mientras la energía oscura consumía los restos de la civilización, los Eternos se retiraron, dejando a la humanidad enfrentar las consecuencias de sus propias elecciones. La lección estaba clara: el potencial de la humanidad era inmenso, pero su naturaleza autodestructiva había sellado su destino.

Y así, el planeta que una vez fue un hogar vibrante y lleno de vida se convirtió en un eco vacío, un monumento a lo que podría haber sido. Las estrellas, antes testigos de la esperanza, ahora miraban con tristeza a un mundo que se había perdido a sí mismo.

El último vestigio de humanidad se extinguió en la oscuridad, dejando solo un silencio ensordecedor, donde una vez hubo risa, amor y sueños. La historia de la humanidad se convirtió en una advertencia para aquellos que vinieran después, un recordatorio de que el verdadero enemigo reside dentro de cada uno de nosotros.







Y así, en la vastedad del universo, la humanidad desapareció, dejando atrás solo una sombra de lo que alguna vez fue.





Cómo se hizo?

Historia e imágenes creadas por el Ing. Hugo René García con el uso de la Inteligencia Artificial GizAI, Dreamina y PromeAI.





Prompt para la creación de la historia:

Genera una historia de cuando llegaron los ovnis por primera vez a la tierra, del primer contacto pacifico con intercambio de conocimientos, de la visita de los humanos a los planetas alienígenas y como se asombraron de los avances y después como hubo humanos que se resistieron y atacaron a los alienígenas que bajaron a la tierra y al final las implicaciones fatales pra la humanidad. Que la historia tenga 10,000 palabras. Con un estilo que tenga a lector emocionado de principio a fin sin poder dejar de leer la historia.

Prompts para la creación de las imagenes (3 ejemplos):

Para ilustrar la historia «El Primer Contacto: Crónicas del Encuentro Final», se necesita una serie de imágenes que capturen la evolución de la narrativa, desde la maravilla inicial hasta la destrucción final. La paleta de colores debe reflejar el cambio de esperanza a desesperación.

Aquí propongo una secuencia de imágenes, con descripciones detalladas para su creación:

1. El Descenso: Una vista panorámica de la Ciudad de México, con el Zócalo en primer plano. El cielo está inusualmente despejado, excepto por una abertura circular en las nubes, de donde desciende una gigantesca nave nodriza plateada e iridiscente. La luz de la nave proyecta un brillo sobre la ciudad, contrastando con las sombras de los edificios. Las palomas están en vuelo, creando una sensación de caos controlado. El estilo debe ser realista, pero con un toque de asombro.





2. El Holograma: Primer plano del holograma tridimensional del Eterno, sobre el Zócalo. El ser es alto, con piel iridiscente y ojos expresivos. La imagen debe transmitir paz y sabiduría. Alrededor, multitud de personas con expresiones de asombro y confusión, grabando con sus teléfonos. El estilo puede ser ligeramente surrealista, para enfatizar la naturaleza fantástica del evento.





3. Tecnología Alienígena: Una imagen mostrando la tecnología alienígena en acción: océanos limpios, ciudades con energía limpia, y personas curadas de enfermedades. Se deben mostrar imágenes contrastantes de antes y después, para ilustrar el cambio drástico. El estilo debe ser optimista y esperanzador, con colores vibrantes y tecnología futurista, pero con un toque realista para que no parezca irreal.





Espero que la historia las imágenes y la metodología para su creación sean de su agrado.





Ing. Hugo René García

3dpromax.com

3dpromax.apps@gmail.com

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